Como tratar un conflicto

Hablar con un niño enfadado puede ser muy difícil. Lo común es que si el niño grita y comienza a llorar e inclusive llega a lanzar algún objeto, se pierda la paciencia y se le grite o castigue severamente.

Lo más importante a la hora de tratar con alumnos con una rabieta es mantener la calma. Una vez estamos enfrente del niño, es una buena idea ponernos a su nivel, incluso arrodillándonos para de este modo mantener una visión directa y que él la mantenga con nosotros. Para empezar a hablar en vez de gritarle, se debe intentar decirle algo como: “Baja la voz, por favor, que no puedo entenderte, ¿puedes decirme sin gritar lo que te ocurre y lo solucionamos?”. Hacer esto permitirá aliviar la tensión del momento y ayudará a argumentar con él fácilmente.

Cuando nuestro alumno este más calmado y empiece a hablar, es importante escucharle y hacerle saber que se le está escuchando. Hay que evitar ignorarlo o responder de forma sarcástica y tratar de mostrar interés, el enfado irá disminuyendo a medida que se le ofrezcan soluciones al malestar que se le ha presentado.
                                     
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En caso de que comience a pegar y pierda por completo los estribos, puede ser muy difícil hablar con él. En tal caso lo recomendable es sujetarle levemente pero con firmeza de los brazos o los hombros y mirarlo a los ojos diciéndole con calma que no se permiten ese tipo de conductas. Se debe ser firme y contundente al momento de hacerlo.

Cuando el niño no quiere hacer lo que se le ha pedido, en vez de responder y gritarle, lo mejor es alejarse un segundo, respirar y volver tranquilamente. Se recomienda utilizar la disciplina positiva, como por ejemplo: “Está bien, tú has decidido que no vas a recoge, entonces la decisión es que después no podrás jugar en el patio”.




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